Como el pintor

El papel tiene mística

13 05 25
Mística

El sábado me emocionó una carta que mi abuelo le escribió a mi abuela en 1953. En la tinta y sus trazos pude sentir su mano. Lo viejo funciona: por eso en José C. Paz hicimos una revista.

por Ariel Caravaggio


Que el papel se muere.

Que los pibes no leen.

Que la gente no sabe.

Palomas mensajeras desplumadas y loros de mal agüero repiten y repiten y repiten frases de manual. Las oigo hace casi 16 años, desde que trabajo como periodista. No se cumplen ni cumplirán, porque son mentiras.

Lo que me trae acá hoy es un efímero sentimiento de triunfo y orgullo. En la República de José C. Paz lanzamos una revista. En papel, del gramaje más alto y a todo color. Una revista de esas que se pueden tocar y oler, dar vuelta la página, exponer como si fuera un cuadro del Museo del Prado pero en la recepción de la peluquería de Miguel Bulacio o el mostrador del carnicero Claudio.

Es la revista de Mística, la radio, el canal streaming, medio de comunicación digital, Instagram y newsletter de mi ciudad.

Pero como ya tenemos frito el cerebro de hacer zapping con el índice en la lupita de la red social de turno, y porque los agrietados debates en X rebalsan de odio pero están vacíos de coraje, es que quisimos cumplir el sueño de tener nuestra propia revista.

Una que cuente la historia del cocinero de las mejores empanadas de carne a cuchillo del barrio, que se volvió célebre por el trágico incendio que casi lo deja en la ruina pero, gracias a la ayuda de sus vecinos y colegas, pudo reconstruir el local.

Mística, Revista Mística
El número 1 de la revista Mística y su llegada a los comercios de José C. Paz.

O la historia del rapero de veintises años que a puro talento, cooperativismo y organización llegó a lo alto de la escena urbana. O la del festival que organizamos en Pascuas y los mil huevos (¡mil huevos!) que hicimos con pasteleras, vecinos voluntarios, madres de alumnos de nuestro Centro Cultural.


Perdón la insistencia, pero son todas historias con un hilo conductor. Relatos de gente que se une y supera crisis, que se une y triunfa, que se une y se abraza. La revista de mi barrio viene a insistir con una consigna que es tendencia, nadie se salva solo, y a demostrar la potencia de otra, lo viejo funciona.

El viernes saldremos a distribuir la revista Mística por negocios e instituciones de mi querido José C. Paz, y me llena de orgullo, emoción y manija haberla hecho con grandes compañeros, trabajo, mucha maña y compromiso.

Los primeros que la vieron se alegraron. Preguntaron dónde conseguirla. Les contamos que es gratuita y que la van a poder buscar en la peluquería, la verdulería, el carnicero o el Museo. Confirmaron que la gente, esa que a Mirtha Legrand le dice cosas para que pregunte a los entrevistados, está un poco harta de la superproducción audiovisual.

No son pocos los que se inscriben en la resistencia, que sacan un libro en el tren o escriben las recetas en cuadernos. El papel tiene muchísima más mística que la coreo trend de TikTok. Al meme viral no lo va a encontrar tu nieto ordenando la cómoda, 30 años después de compartido. Las historias de Instagram duran 24 horas; la carta que mi abuelo le escribió a mi abuela el 12 de enero de 1953 me llenó de emoción el sábado.

Y si me conmovió, setenta y dos años después, fue porque en la tinta negra y los trazos en cursiva de Hugo González pude percibir su mano ansiosa. Y en la frase yo deseo querida mía que ninguna idea sin razón enturbie tu felicidad y espero fervientemente el día de abrazarte, -de nuevo, sobre hojas de cuaderno amarillentas, reales, palpables- pude vislumbrar las lágrimas despesperadas de Isabel Varesi.

Así como un día se besaron, en la estación de tren de Cañada de Gómez, mis abuelos, vamos a chocar manos, brindar y abrazarnos Juan, Nacho, Gonza, Clari, Iván, Pau, todos los que sumergidos en un océano de algoritmos nos aferramos a la tabla salvavidas de la resistencia. Una simple revista y sus historias de gente que persigue el bien.

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